Cómo hacer tempeh casero con starter Rhizopus
Si estás buscando una alternativa vegetal fermentada, rica en proteínas y deliciosa, el tempeh es una excelente opción. Este alimento tradicional de Indonesia se elabora fermentando legumbres, normalmente soja, con un hongo llamado Rhizopus oligosporus.
En este artículo te explicamos cómo hacer tempeh casero siguiendo las instrucciones originales que vienen en el starter kit, que incluye tanto el cultivo inicial como bolsas zip con agujeros ya preparados para fermentar el tempeh correctamente. Si es tu primera vez, ¡no te preocupes! El proceso es muy sencillo si sigues los pasos correctamente.
Contenido:
¿Qué incluye el kit?
- Un sobre con 20 g de starter de Rhizopus (cultivo en polvo).
- Bolsas zip con agujeros distribuidos uniformemente para facilitar la fermentación.
Ingredientes necesarios
- 600 g de soja seca (preferiblemente sin piel o con la piel fácilmente removible).
- 5 cucharadas soperas de vinagre blanco.
- 1 cucharadita (aproximadamente 3,5 g) del starter de tempeh.
Pasos para preparar tempeh casero
1. Elegir y preparar la soja
Los frijoles de soja producen el mejor tempeh gracias a su alto contenido en proteínas. Asegúrate de utilizar soja de buena calidad, seca, sin cocer ni tostar.
2. Remojar los granos
Coloca la soja en un recipiente grande con abundante agua y déjala en remojo durante 12 horas. La soja se hinchará considerablemente. Puedes hacer este proceso durante la noche.
3. Romper y pelar la soja
Una vez remojada, es importante retirar la piel de los granos. Si tienes acceso a un molino de granos, puedes triturar ligeramente la soja para partir los granos por la mitad. Si no, puedes hacerlo a mano: frota los granos entre tus manos dentro del agua para que las pieles se suelten.
Cuando las pieles se desprendan, añade agua fría para que floten. Retira las pieles con una cuchara o vertiendo el agua con cuidado. No te preocupes si queda alguna, lo importante es eliminar la mayoría.
4. Cocinar los granos
Coloca los granos pelados en una olla con agua limpia y cocina a fuego medio durante unos 30 minutos. Los granos deben estar cocidos pero no blandos o deshechos.
Escurre bien la soja después de la cocción. Es fundamental que quede lo más seca posible. Puedes usar un colador y dejarla enfriar a temperatura ambiente.
5. Acidificar con vinagre
Agrega 5 cucharadas de vinagre blanco a la soja escurrida. Esto ayuda a crear un entorno ácido que inhibe bacterias no deseadas y favorece el crecimiento del hongo Rhizopus.
6. Inocular con el starter de tempeh
Cuando la soja esté a temperatura ambiente (¡nunca caliente!), espolvorea 1 cucharadita rasa de starter (aproximadamente 3,5 g) sobre los granos.
Mezcla cuidadosamente para que el polvo se distribuya de forma uniforme entre todos los granos. No debe haber zonas sin inocular.
7. Llenar las bolsas y preparar para la fermentación
Coloca la mezcla en las bolsas zip con agujeros que vienen incluidas en el kit. Estas bolsas tienen orificios ya hechos que permiten la entrada de oxígeno necesario para que el micelio se desarrolle.
Rellena las bolsas con una capa de unos 2 cm de grosor. No hagas capas más gruesas, ya que podría dificultar la fermentación homogénea.
Cierra bien las bolsas y aplánalas ligeramente para que el espesor sea uniforme.
8. Fermentar el tempeh
Coloca las bolsas en un lugar cálido a 30–32 °C durante 24 a 48 horas. Puedes usar una yogurtera, un horno con la luz encendida, una caja de fermentación o incluso cerca de un radiador (con control).
A partir de las primeras 24 horas deberías empezar a ver cómo se forma un micelio blanco que recubre los granos. Eso significa que el hongo está colonizando correctamente la soja.
El tempeh está listo cuando toda la mezcla esté cubierta de blanco y los granos estén firmemente unidos en un bloque compacto. Si aparecen puntos negros, no te preocupes: son esporas maduras y no afectan a la seguridad del alimento.
9. Almacenamiento
Una vez terminado el proceso de fermentación, puedes guardar el tempeh en la nevera por hasta 1 semana. También puedes congelarlo en porciones para usarlo más adelante.
Consejos finales
- Asegúrate de que la soja esté bien seca antes de inocular con el starter.
- No sobrecalientes la mezcla después de añadir el hongo, ya que el calor puede matarlo.
- Distribuye el starter de forma uniforme para evitar zonas sin fermentar.
- El tempeh casero tiene un sabor más intenso y fresco que el comprado. ¡Disfrútalo!
Esperamos que esta guía te sea útil para empezar a hacer tu propio tempeh casero. Con práctica, cada lote saldrá mejor. Y lo mejor es que puedes experimentar con otras legumbres como garbanzos, alubias o lentejas una vez domines la técnica con la soja. ¡Feliz fermentación!
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Proteína del tempeh vs proteína del huevo
Uno de los argumentos más comunes a favor del consumo de huevos es su contenido proteico, pero lo cierto es que el tempeh casero no solo iguala, sino que puede superar a este alimento en aporte de proteínas, siendo 100% vegetal.
Un huevo mediano (unos 60 g) contiene aproximadamente 6 g de proteína. En comparación, 100 g de tempeh casero elaborado con soja aportan alrededor de 19 g de proteína, más de tres veces la cantidad de un solo huevo.
Además, la proteína del tempeh es completa, es decir, contiene todos los aminoácidos esenciales, igual que la proteína animal, pero sin colesterol ni grasas saturadas de origen animal. Al ser un alimento fermentado, también es más fácil de digerir y favorece la salud intestinal gracias a sus compuestos beneficiosos derivados de la fermentación.
Para quienes siguen una alimentación vegana, el tempeh casero es una excelente fuente de proteínas de alta calidad, perfecta para mantener una dieta equilibrada y rica en nutrientes, sin necesidad de recurrir a productos de origen animal.
Hacer tempeh casero con otras legumbres
Una de las ventajas del tempeh casero es que no tienes que limitarte a la soja. Aunque la receta tradicional se hace con este grano, el mismo proceso funciona con muchas otras legumbres, dándole sabores y texturas únicas. Aquí tienes algunas opciones interesantes, junto con su aporte aproximado de carbohidratos por cada 100 g cocidos:
- Lentejas: Ideales para un tempeh más suave y con sabor terroso. Aportan unos 20 g de carbohidratos por cada 100 g cocidas y son ricas en hierro y fibra.
- Garbanzos: Perfectos para un tempeh con textura firme y un toque a fruto seco. Contienen alrededor de 27 g de carbohidratos por 100 g cocidos.
- Frijoles negros: Dan un tempeh oscuro, con sabor profundo y ligeramente dulce. Tienen unos 23 g de carbohidratos por 100 g cocidos.
- Frijoles azuki: Muy usados en Asia, producen un tempeh dulce y suave. Aportan aproximadamente 25 g de carbohidratos por 100 g cocidos.
- Habas: Proporcionan un tempeh con sabor intenso y mucha saciedad. Tienen unos 19 g de carbohidratos por 100 g cocidas.
El procedimiento para hacer tempeh con estas legumbres es el mismo que con la soja: remojo, pelado (si es necesario), cocción, acidificación con vinagre, inoculación con el starter y fermentación en bolsas con agujeros. La gran diferencia está en el sabor, la textura y el aporte nutricional, por lo que puedes ir probando y encontrar tu versión favorita.